En este artículo se reconoce a
la lectura “ Como un proceso interactivo de comunicación en el que se establece
una relación entre el texto y el lector, quien al procesarlo como lenguaje e
interiorizarlo, construye su propio significado. En este ámbito, la lectura se
constituye en un proceso constructivo al reconocerse que el significado no es
una propiedad del texto, sino que el lector lo construye mediante un proceso de
transacción flexible en el que conforme va leyendo, le va otorgando sentido
particular al texto según sus conocimientos y experiencias en un determinado
contexto.” El acto de leer se convierte en una capacidad compleja, superior y
exclusiva del ser humano en la que se comprometen todas sus facultades
simultáneamente y que comporta una serie de procesos biológicos, psicológicos,
afectivos y sociales que lo llevan a establecer una relación de significado
particular con lo leído y de este modo, esta interacción lo lleva a una nueva
adquisición cognoscitiva. Es importante señalar que la concepción de lectura
que se postula en este artículo contraria a la tradicional, pone énfasis en la
actividad que despliega el lector y reconoce su papel activo para construir el
significado del texto. Desde esta concepción constructivista, la lectura se
convierte en una actividad eminentemente social y fundamental para conocer,
comprender, consolidar, analizar, sintetizar, aplicar, criticar, construir y
reconstruir los nuevos saberes de la humanidad y en una forma de aprendizaje
importante para que el ser humano se forme una visión del mundo y se apropie de
él y el enriquecimiento que le provee, dándole su propio significado.
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